Ruth S.

El mundo de la enseñanza siempre me ha atraído, y desde que tengo memoria, he organizado tardes de estudio con compañeros de clase dirigiendo y ayudando con todas las dudas. En el caso del inglés en el instituto, eran ellos mismos los que querían que yo les ayudara. Siempre que he ayudado a alguien con el idioma, este ha acabado aprobando. Así que para mí no sirven excusas del tipo 'no se me da bien' o 'no valgo para el inglés'.
Creo que el inglés es de las pocas asignaturas del instituto que sí son esenciales a la hora de salir al mundo laboral, por eso, me gusta que las clases estén orientadas a la comprensión y a desarrollar buenas habilidades comunicativas. No me gusta que la enseñanza del idioma sea automática y que simplemente los alumnos se limiten a formar sus frases a raíz de estructuras básicas. Me gusta la creatividad, el poder hacer asociaciones, y el acabar 'pensando en inglés'.
En mis clases, me gustaría trabajar con canciones y con series y películas, aunque seguir el libro de texto, si los alumnos lo tienen, es esencial. Se puede empezar con un poco de gramática y vocabulario, seguido de comprensiones lectoras, y dejar estos materiales complementarios para la comprensión auditiva y la comunicación. Me gustaría, sobre todo, que los alumnos sientan que lo que están aprendiendo es útil, y que lo puedan relacionar con su vida diaria.