Todas estas cuestiones, obligan a la empresa a tener que decidir sobre la variable mas importante en la gestión, la mayor o menor concentración de responsabilidades en cada una de las personas que integran la organización.
El concentrar o diversificar, se debe realizar con los objetivos:
- Aumentar la productividad
- Satisfacer al cliente.
Y cualquier otro objetivo, deriva de estos dos básicos. Incluida la calidad del producto, porque esta “calidad” del producto es algo que solo el cliente puede decidir.
Ningún técnico, o profesional, debe decidir, que calidad debe tener un producto, sin antes conocer al cliente potencial o real.
Solamente, tras escuchar y conocer a tu cliente, puedes conocer la calidad “necesaria”, para un determinado producto.
Así que el primer paso es ser consciente, de la ABSOLUTA subjetividad de los deseos del consumidor, y de las necesidades que debe satisfacer nuestros productos.
Objetivos de la empresa.
Los objetivos en la empresa deben,
- Estar conmensurados, solamente si los cuantificas, puedes saber si te alejas o te acercas a los mismos.
- Generarse a raíz de conocer la falla de nuestro mercado. En nuestro mercado, aparecerá un “agujero o falla”, que deberemos aprovechar.
- Deben ser controlados, su aproximación o alejamiento, mediante la aplicación de la “función paterna”, (de la que hablaremos más adelante), necesaria para poder ver la falla tanto de la organización como del mercado.
- Es proceso previo a todo aprovisionamiento de factores y modos productivos.
Actualmente se plantea un debate en torno a si la empresa debe tener uno o múltiples objetivos. Independientemente del numero de objetivos, que existan en la organización, es obligatorio, integrar todos ellos, en torno a una filosofía o idea común, para lograr la compatibilización de todos ellos.
Con ello se logra,
- Sinergias entre distintos objetivos, ya que la consecución de unos, ayuda a la consecución del resto.
- Mayor eficiencia en la utilización de recursos, ya que esa compatibilización de objetivos, permite usar todas las herramientas para más de un objetivo.
- Minimización de conflictos internos, gracias a esas propias sinergias.
El proceso empresarial, tienes tres fases básicas,
- Planificación, donde elegimos las herramientas y acciones necesarias para dirigirse a los objetivos, marcados.
- Gestión, ejecutar dichas acciones, dentro de una organización.
- Control, supone evaluación de resultados, para facilitar el rediseño y mejora de la planificación, de modo que se construya un ciclo empresarial, que se permita feedback continuo.